jueves, 26 de mayo de 2011

Conocí hace 2 semanas a un hombre iraní que dejo su país a los 17 años, se fue a estudiar a Alemania y ahí vivió cerca de 18 años  luego en Francia, Guatemala, Hungría…habla 7 idiomas, vivió rodeado de mucho lujo pero hace 6 meses se separo de la  mujer con la que vivio 5 años, a la que conoció con  2 hijos uno de 10 y una niñita de 4 meses, niños que crío como suyos, pero como no es el padre biológico ahora que se separaron ella no deja que los niños se comuniquen con él; todo esto lo tiene con un profundo dolor en el alma, volvió a Guatemala para sanar su dolor, según él fue este país quien lo escogió y no al revés, 3 personas diferentes le leyeron El Corán y en los tres pasajes leídos le decían que partir a Guatemala le devolvería la alegría, así es que se vino, llego hace 3 meses y me lo tope en una clase de yoga; tengo que decir además es guapo y que me trata como a una reina. Me atrae el hombre, pero esta tan dañado por la situación con sus hijos, no soporta estar lejos de ellos. Dejo los lujos para venirse a vivir con una familia en Xela de modo sencillo, se da uno que otro  gusto y ya, todo con la idea  de que volver a lo básico lo va ayudar a encontrar su equilibrio, sin presiones sociales… más bien vivir un cambio de prioridades. Esto tiene como consecuencia la falta de comodidad, pero a la vez el costear esas comodidades es lo que nos tienen enfermos de endeudados, de los nervios de la salud, de contaminación, con la sensación de que nunca hay tiempo suficiente para poder hacerlo todo; y de todo eso es lo que se quiere alejar, busca encontrar la paz en lo simple, entiendo la situación en que esta y eso es lo que  me gusta y me asusta al mismo tiempo de él; me saca a pasear, cumple todos mis mimos, me trata con mucho respeto y me llama todos los días para saber como amanecí, pero a la vez trata de mantener una distancia entre los 2.


El fin de semana pasado nos fuimos a Tulate, una playa que queda a unas 2 horas de Xela, allá el clima es tropical, durante las 24 horas no se siente frió, el aire es húmedo, Es un pueblo muy pequeño, en donde los chanchos se pasean como si fueran un perro callejero más, las gallinas se alimentan de cocos, hay pequeños puestos de comida instalados directamente en la arena, por baño hay un pasillo angosto y oscuro, ofrecen duchas a 3Q y con shampoo a 5Q.

Una de las señoras que sirve comida esta con la mamá pata y sus hijitos en la cocina, afuera se esta relajando su porcino, mientras ella prepara el caldo de pescado. La gente del lugar es cálida y muy amable, incluso nos invitan a dormir a sus casas sin cobrar, a tomar una cerveza para conversar y así. El mar es tranquilo, de arena negra y de temperatura muy agradable hubiera nadado todo el día sin problema que placer dejarme abrazar por él, jugar con él y no pensar ni sentir nada más.

Durante esta semana nos hemos visto un par de veces, y el próximo fin de semana nos volvemos a la playa por 1 semana más para así tener tiempo de disfrutar de la paz y naturaleza del lugar, sin distracciones, ni contaminación , ni violencia. Solo el mar y nosotros.

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